Huentala

En el recuerdo de Julio Camsen quedaron marcados sus días de juventud, cuando con su abuelo y su padre trabajaron juntos en los viñedos mendocinos. Allí es donde nació su pasión por esta tierra y por su fruto más noble, el Vino.

En una búsqueda constante del lugar ideal para hacer sus propios vinos, fue en el año 2002 que en las laderas de Los Andes, junto al Volcán Tupungato, encontró una finca con las condiciones perfectas para lograr vinos únicos. Un terreno de 230 hectáreas ubicado en el valle de Gualtallary, a 1.400 msnm, fue el lugar elegido para crear Huentala Wines. Es en ese lugar cerca del cielo, donde actualmente los viñedos son regados por el agua más pura de los deshielos de la Cordillera y donde el esfuerzo de las viñas por crecer hace a la calidad de los vinos.

Con mucho esfuerzo, pasión y trabajo, en el año 2010 comenzó la primera etapa del proyecto con la plantación de las primeras 85 hectáreas de Malbec. En ese momento nacía Huentala Wines en la finca que hoy lleva el nombre de la mamá de Julio, La Isabel Estate.

Guiados por los mejores profesionales de la industria, Julio decidió dar rienda suelta a su pasión por el vino. Y junto a su familia encabezan el proyecto Huentala Wines, que hoy cuenta con José “Pepe” Morales como principal enólogo del proyecto. También trabaja en el equipo el ingeniero agrónomo Alberto “Toti” Benenati, y recientemente se concluyó un minucioso estudio de suelos con el geofísico Guillermo Corona.

Además del proyecto vitivinícola, Julio y su familia están comprometidos con el Arte y el Turismo. Es por ello que en la finca La Isabel Estate, donde nacen los Malbecs de Huentala Wines, inauguraron a principio de 2019 el primer “parque de esculturas en viñedo” con una imponente obra del joven artista mendocino Orlando Leytes. Tres Zorros es un sentido homenaje a los animales de la región y a una de las líneas de vinos de Huentala Wines, zorro salvaje de uco. Son astutos, generosos y salvajes, como nuestro terroir. Esta obra majestuosa, de 15 metros de largo por 7 de alto, es maciza y pesa 120 toneladas. Llevó más de 8 meses de trabajo, con todas las adversidades climáticas. Será, sin dudas, un ícono para los turistas que visitan el Valle de Uco.